lunes, 12 de noviembre de 2012

El porqué del nombre

En algunas de las ocasiones en las que me dediqué a fantasear sobre la repostería, pensé que si algún día ponía una tienda o una confitería, tenía claro que en el nombre tenía que aparecer "Nino".

Hace dos años y medio nació mi ahijada Marina. Desde bien pequeñita, siempre que hablaban con ella y se referían a mí, me llamaban padrino en lugar de Abel. Así fue que cuando empezó a hablar, intentando decir padrino le salió Nino. Desde entonces siempre me llama Nino pese a que sabe cómo me llamo.

Como me hizo mucha ilusión que me bautizase como Nino, decidí que si algún día tenía un negocio (o algo similar), en el nombre estaría "Nino".

Sólo tengo una espinita clavada: Marina es de salado y no de dulce.

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